No tenía muy claro cómo iba a ser llevar a un perro en bicicleta.

¿Correría al lado de la bici? Iríamos muy lento. Dexter corre a unos 10-11km/h y puede recorrer en un día unos 20-25km.

¿Lo transportaría en la bici entonces? Llevar todo el peso de la bici, más la carga, más a Dexter (que son 24kg)… mis piernas no lo veían muy claro.

Digamos que la respuesta fue una mezcla de las dos. Correría parte del camino y la otra parte haría de su taxista.

La adaptación de Dexter

Dexter todavía seguía muy nervioso, se estaba adaptando a su nueva familia. Pero era hora de comenzar el entrenamiento para ir en un carrito que llevaría detrás de la bici.

Me llevó alrededor de un año que se sintiera 100% a gusto en el carro. Al principio no fue fácil, tengo que admitirlo, pero sin dejar de insistir y con paciencia absoluta lo conseguimos.

Hasta el punto que ahora puede incluso viajar en una caja que pongo en el soporte trasero.

Sin lugar a duda Dexter ha cambiado la forma de vivir cada aventura. En lo que más ha influenciado es en la velocidad a la que nos desplazamos.

Viajando con Dexter

Viajamos mucho más lento, lo que nos permite disfrutar más del momento, del paisaje y sobre todo de poder interactuar más con la gente que nos encontramos por el camino. Que al final es lo que hace que un viaje sea especial.

Ya no miramos cuántos kilómetros tenemos que recorrer en el día o el tiempo que vamos a batir en nuestro próximo reto.

Simplemente tenemos una idea de lo que queremos recorrer y visitar y, de acuerdo a como nos sentimos, con las recomendaciones de los locales y con lo que nos encontramos por el camino, vamos diseñando nuestro camino para llegar a nuestro destino final.

De esta forma no nos sentimos frustrados por no poder completar el recorrido del día o por pasar más tiempo en la bici del que esperábamos. Simplemente nos dejamos fluir y sobre todo escuchamos a nuestro cuerpo para evitar lesiones y poder disfrutar al máximo.

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